En el ámbito del derecho, las fuentes tradicionales han sido normas y principios jurídicos establecidos por legisladores y aplicados por jueces. Sin embargo, con el avance de la tecnología, la Inteligencia Artificial (IA) está emergiendo como una herramienta poderosa que promete transformar la práctica jurídica.
Este artículo se propone realizar un análisis comparativo entre la IA y la norma como fuentes del derecho, explorando sus similitudes, diferencias y el potencial impacto en la resolución de conflictos.